Etiquetas

jueves, 21 de abril de 2016

Caja con pinturas

Al fin me rendí, tres semanas consecutivas rogando por una mascota. Mis papás siempre tienen “la razón”. Total, ya superé a Fabián…

Fabián duró 5 años con nosotros. Mis papás lo compraron cuando se casaron, después nací yo.  Ese can fue mi adoración, era un imponente pastor alemán pero como todo lo bueno que tengo se va, en este caso papá lo regaló debido a que el perro era “rebelde”.

Intentábamos amarrarlo y no quería, cuando salíamos en el carro Fabián nos seguía. Un día se metieron a la casa a robar; el pobre perro no hizo nada.

Me lo arrebataron… Mi familia y yo tenemos la costumbre de ir todos los domingos a nadar al club, mi padres aprovecharon e invitaron a mis tíos y primos, me quedé con ellos, mientras mis padres desaparecieron por unas horas, ¿Qué podía hacer? Divertirme obviamente. Jamás imagine que me separarían de mi primera mascota. Ahora comprendo que mis papás han sido los principales creadores de mis traumas.

Regresando al tema, no sé por cuántos días lloré o cuántas veces le saque la lengua a mi mamá. ¡Ya han pasado tres años! ¡Necesito un perro! Le decía a mi padre mientras conducía.

-Espera te llevaré a un lindo lugar-

No recuerdo a la perfección a dónde fuimos, es una laguna mental, suelo tenerlas. Mi padre se bajó del auto, no me intereso, así que me distraje con el panorama que podía ver a través del cristal.

Papi colocó debajo de mis piernas una caja cerrada en cuatro partes, nunca he podido aprender la técnica de como cerrar así las cajas.  Corrió para subirse al auto y arrancó.

– ¿Que tiene esa caja papá? Él sonrío, estiró su mano y me obsequió una paleta de chocolate, la abrí de inmediato.

-Princesa, pásame una pintura de esa caja-

Me agache, abrí la caja y… Eran dos perros dorados, saque uno ni si quiera me di cuenta de que papá se había estacionado. Él tomo el otro, eran una hembra y un macho. ¡Eran dos! ¡Dos lindos labradores!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario