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lunes, 27 de junio de 2016

-Entrar aquí va ser una perdición-
Me dijo mi amiga y me nalgueo, sonreí, todos brincaban, la música a todo volumen, pude ver a varios de mi salón actuando como nunca. La mayoría  cargaba en sus manos un vaso con un líquido negro, estaban alucinados, probablemente sintieron y  pensaron que sería Brandy pero solo era coca, ¡Alucines!
En un asiento blanco caían los holanes de mi falda holgada, las penumbras de colores bailaban sobre ella. Natalia, mi amiga se olvidó de mí, se fue a la pista a bailar. Natalia estaba desatada, al ver como movía su cadera y piernas, yo comencé a mover los hombros, después las manos, sabía que mis movimientos no eran sensuales como las chicas que perreaban en la pista pero me agradaba la idea de sentir la música.
Natalia corrió hacia mí y llevo  a la pista, baile como nunca. El sudor corría por mi espalda y piernas. 
-Auch, ca…- grite
-Perdón, perdón-
Un tipo, me había metido un codazo. Comenzamos a mover nuestros cuerpos, acercándonos, tomo mis hombros con las manos y me dijo:
–Quieta-

Y ahí nos quedamos…quietos, en medio de la pista nos comenzamos a besar.